Las muletas en la recuperación

 

Las muletas son una de las prótesis más antiguas de la medicina. Muchas personas llegaron a usarla, especialmente en tiempos de guerra y de polio. Existe una gran variedad de lesiones y enfermedades que requieren que el paciente haga uso de muletas para trasladarse. Muchos de nosotros, seguro,  hemos vivido esa experiencia.

Una muleta es un apoyo de madera, metal u otra materia que ayuda a mantener el equilibrio y la locomoción. Tiene una parte superior dispuesta para que estribe en ella la axila o el codo,  con un agarradero en su parte media. Su propósito es cargar el cuerpo, evitando o aliviando el empleo de una o ambas piernas a quien tiene dificultad para caminar.

El origen de las Muletas

Aunque no se conoce con exactitud cuándo y dónde se empleó por primera vez, se debe presumir que es tan antigua como el ser humano. La necesidad de apoyarse cuando ha sentido su movilidad reducida por heridas o afecciones ha estado presente desde sus orígenes. La referencia más antigua del uso de las muletas aparece en el portal de la tumba de Kirkouf, construida en 2800 a.c en Egipto. En todo caso, esa muleta tradicional siempre ha estado hecha de madera liviana.

En la fisioterapia

En fisioterapiaCalmar.es  las muletas son recomendadas cuando tenemos una pierna débil o adolorida. También pueden ser usadas después de una lesión o cirugía de la pierna. Serán empleadas cuando se necesite ayuda con el equilibrio y la estabilidad. Una buena muleta procura:

Ayudar en la propulsión

Mejorar la estabilidad en la marcha

Ayudar a realizar la marcha correcta

Descargar parcial o totalmente miembros inferiores

Reducir el esfuerzo y el desgaste físico

¿Cómo usar las muletas?

El uso de las muletas se encuentra condicionado por el tipo de patología que presente el paciente y la fase de recuperación en la que se encuentre. El fisioterapeuta te ayudará a mejorar el agarre y los puntos de apoyo para evitar lesiones posteriores por exceso de carga en las extremidades sanas. 

Con una pierna inutilizada

Cuando una de las piernas presenta  una patología grave y no puede soportar ningún tipo de peso, se debe emplear dos muletas para realizar la marcha, teniendo así tres puntos de apoyo. Estando en ésta situación, para caminar primero se avanzan las dos muletas a la vez, utilizándose como apoyo para balancearse.  Y  luego se apoya la pierna sana. El avance debe recorrer una distancia de 30 cm aproximadamente, evitando dar zancadas largas o demasiado cortas.

Con una pierna débil

Cuando la pierna afectada puede cargar peso la marcha se realiza con cuatro puntos de apoyo. Primero se avanzan las dos muletas a la vez junto con la pierna afectada, quedando en medio de las muletas  recibiendo menos peso. Después se avanza la pierna sana.

Con una pierna medianamente fuerte

Cuando la pierna afectada ya puede soportar todo el peso pero no para funcionar con normalidad, se realiza una marcha con tres apoyos. La muleta debe llevarse en el lado de la pierna sana. Primero se avanzará la pierna lesionada y la muleta, procurando descargar peso en la muleta, y después se avanzará la pierna sana.

¿Cómo usar las muletas al subir y bajar escaleras?

Los escalones se deben subir siempre primero con la pierna sana y bajarse siempre primero con la pierna afectada.

Importante

Cuando una persona se ve en la necesidad de usar muletas, es importante tener presente las siguientes recomendaciones:

  • Guardar las proporciones del cuerpo del paciente en armonía con las escalas que le corresponden en la regulación de cada muleta. 
  • Las muletas en ningún caso deben tocar las axilas
  • Las muñequeras de la muleta deben contar con empuñaduras acolchadas
  • La muleta debe terminar en tacos engomados que le impidan resbalar
  • El paciente debe calzar zapatos de suela de caucho
  • Si el paciente no cuenta con las condiciones físicas debe procurar ejercitarse progresivamente para evitar las contracciones musculares.
  • El paciente debe asistir a sesiones de fisioterapia para reducir las molestias y tensiones que se originan en la espalda, cuello o brazos.

Tipos de muletas

Muletas axilares

Son las más antiguas y conocidas en todo el mundo, el soporte de este tipo de muletas se sitúa en las axilas y en las manos. Estas muletas pueden usarse de forma individual o dos al mismo tiempo. Hoy en día, se usan con una almohadilla en la base de la axila y en la parte media al nivel de las manos. 

Muletas de antebrazo o bastón inglés

Este tipo de muleta gana terreno y cada día es  más habitual. Ofrece soporte desde el antebrazo. Reparte el peso entre el antebrazo  y las muñecas. Son adecuadas  para el uso prolongado. Se pueden encontrar con abrazaderas, con puños confort o con un diseño diferente de puños, como por ejemplo las Kmina, que ofrecen más apoyo al antebrazo. Algunas de ellas pueden usarse en la playa y en la piscina.

Muletas plegables

Estas muletas suponen un apoyo más liviano que las anteriores. Se pueden guardar y transportar fácilmente.