El esguince de tobillo es una lesión que puede sufrir cualquier persona, de hecho es una de las más comunes atendidas en las instalaciones de Fisioterapia Calmar.es.
Se produce porque hay un estiramiento excesivo de los ligamentos que conectan los huesos para formar la articulación bien sea por un traumatismo muy fuerte, una torcedura o un movimiento fuerte sin calentamiento previo.
Cuando el ligamento es alargado o desgarrado parcialmente hablamos de un esguince de grado 1, y este puede avanzar según el daño hasta un grado 3 donde hay una pérdida total de la capacidad de soportar el peso sobre el pie.
¿Cómo saber que tengo un esguince de tobillo?
Generalmente nos damos cuenta cuando hemos tenido un golpe o un movimiento que puede ocasionar esguince, porque el dolor es inmediato y empeora con el movimiento.
En ocasiones, el dolor viene acompañado de moretones y de una inflamación que se hace rápidamente visible y susceptible al tacto. Y según el grado, puede llegar a ser tan doloroso que no se puede soportar ningún peso sobre el pie.
Suele aparecer cuando se dobla el pie estirando inadecuadamente los tendones. Al caminar sobre superficies irregulares, al caer bruscamente o cuando hay pérdida del equilibrio. Y tiende a ser una lesión recurrente porque amerita mucho reposo que casi nunca cumplimos.
El intenso dolor nos puede hacer pensar que se trata de una fractura o una lesión mayor. Es por esto que se solicitan radiografías para su diagnóstico y posterior tratamiento.
El papel de la fisioterapia en el esguince de tobillo
Cuando sospechamos de un esguince lo más importante es acudir a un especialista. El médico traumatólogo le preguntará acerca de sus síntomas y lo examinará. También le preguntará sobre su historia clínica y le pedirá que describa exactamente cómo se lastimó el tobillo. Lo primero es descartar una fractura de hueso y evaluar la gravedad de su lesión. Posiblemente le pidan que camine unos pasos para ver si puede poner peso en el pie. Esto ayudará a su médico a decidir el mejor tratamiento para usted.
Es importante que comience a tratar su lesión en el tobillo tan pronto como sea posible. Esto acelerará su retorno a la actividad y reducirá la posibilidad de que vuelva a ocurrir.
En las primeras 48 horas después de la lesión, es importante que tome reposo, coloque hielo indirectamente y que tome un desinflamatorio de uso común mientras recibe atención. Muchos esguinces y torceduras leves responden bien a este procedimiento.
Una vez realizada la evaluación es muy importante iniciar la rehabilitación con fisioterapia para que no pierda demasiada fuerza muscular.
La terapia física puede ayudar a restaurar el rango de movimiento, fuerza y equilibrio de una forma muy rápida y eficaz. Para ello, en Fisioterapias Calmar.es aplicamos masajes, ultrasonido, movilización de la articulaciones y nervios, terapia de temperatura, ejercicios para aumentar el rango de fuerza y equilibrio, kinesiología y tecnología que nos ayude a regresar a nuestras prácticas habituales.
Evite hacer alguna de estas cosas
- Calor. No utilice compresas calientes, bolsas de agua caliente o masajes de calor en la zona afectada, ni saunas o baños calientes. El calor estimula el flujo de sangre hacia la zona, un efecto contrario del uso de hielo.
- Alcohol. No beba alcohol, ya que puede aumentar la hemorragia y la inflamación en la zona, lo que entorpece el proceso de curación.
- Correr o cualquier otra forma de ejercicio extenuante. Tales actividades pueden causar más daño.
- Masajes. Estos pueden aumentar la hemorragia y la hinchazón.
Prevenga un esguince de tobillo
Es imposible eliminar totalmente el riesgo de torcerse el tobillo, pero hay varias formas de ayudar a prevenir los esguinces de tobillo. Lo más importante que debe hacer es mantener la fuerza, la flexibilidad y el equilibrio de los músculos que rodean el tobillo. Algunos otros ejemplos se enumeran a continuación.
- Use zapatos que le queden bien y sean adecuados para la actividad que esté haciendo.
- Tenga cuidado al usar zapatos de tacón alto y caminar sobre superficies irregulares.
- El uso de una tobillera semirrígida ha probado ser una manera efectiva de prevenir una nueva torcedura de tobillo. Un apoyo de tobillo semirrígido tiene un armazón ligeramente rígido que ayuda a evitar la presión en el tobillo mientras le permite moverlo libremente. Su fisioterapeuta le puede indicar si cree que es una buena idea que usted lo use.